03 marzo 2008

Historia muerta

¿Qué es una historia muerta? Pues es aquella que, o bien, nunca nace, o bien, nace muerta. Es decir, mientras que el primer caso los hechos nunca sucederán, en el segundo el autor la escribe pero ésta jamás verá la luz y dará a conocerse, ya que por el camino dicho autor abandona. Pero vayamos por pasos, ¿qué es una historia que nace y muere?

Para mí, una historia es el relato de sucesos que les afecta a una serie de personajes, los cuales deberán saber desarrollarse mediante esos hechos y lograr sus objetivos. Éstos, pueden acabar con final feliz. De hecho, las narraciones infantiles siempre cuentan con finales felices. Pero cuando el público infantil crece, se da cuenta de que hay miles de historias que no acaban bien, sino todo lo contrario, acaban en tragedia.

Pero ahora me refiero a algo más abstracto, a la creación de un nuevo sentido que afecta a la palabra historia: es un subconjunto perteneciente a un conjunto de factores los cuales, en un determinado contexto con unos personajes determinados, forman el entorno adecuado para la gestación de la felicidad personal. Esos factores, que inducen al sujeto a encontrar su felicidad, son herramientas que se aplican en diferentes campos de ese entorno del cual el individuo tiene intención de crear su bienestar: social, familiar, sentimental, económico, etc.

Pues bien, la historia es un subconjunto de ese entorno a construir, es una de las herramientas encargada de la elaboración del bienestar sentimental: la historia de amor. Pero para abreviar, hablaré de Historia (dando por supuesto al significado ya detallado).

Esta historia que es un instrumento para ayudar a la elaboración de la felicidad, nace y muere con la particularidad que puede regenerarse en otra completamente nueva. Igual que el ser mitológico "Fénix" que muere quemado pero que vuelve a renacer a partir de sus cenizas, la historia muere. Ya sea por sí misma o por factores ajenos, que pueden ser el otro individuo implicado a la construcción del bienestar sentimental del sujeto.

Así pues, es una herramienta potente pero delicada. Es susceptible al manejo que le den al sujeto en cuestión y al individuo que se involucra a esa construcción de la felicidad. Puede que el uso de ese instrumento por parte de ambos no sea el adecuado y cause la degradación y la consecuente destrucción de la historia. Pero esa muerte, también puede provocarse por la ausencia del involucrado, es decir, sin necesidad de la existencia activa del segundo sujeto en cuestión.

De este modo, dicho instrumento de este tipo no existe totalmente como tal, ya que para que logre su existencia completa, deben haber dos partes las cuales busquen lo mismo y se correspondan. Por lo que una historia de este calibre, es evidente que no puede dar lugar sin que hayan dos partes que se busquen recíprocamente. En el caso de la carencia de esa reprocidad, el entorno a construir poco a poco va cojeando más acentuadamente.

Por lo tanto, una historia nace muerta cuando el sujeto parte ilusionado con algo que, al paso del tiempo, se da cuenta que no tiene sentido y que acaba en frustración. Y una historia nunca llega a nacer cuando desde el principio el sujeto sabe que no hay nada que hacer con el implicado. No hace falta que tire la toalla, pues ésta ya está al suelo.

Es hoy cuando me he dado cuenta que mi historia estaba muerta desde siempre. Nació hace unos meses, pero ya estaba fallecida. Un brote de ilusión inicial brillaba con algo de esperanza, pero que hoy se ha desvanecido. Ciertos indicios bastante fiables, han ennegrecido ese brillo de esperanza, cuya esencia ha sido devaluada al grado de frustración.

Su ignorancia sólo era el velo que ocultaba lo que sentía, y siento aún por él. Pero el inicio de una relación con otra persona, establece una fuerza de repulsión provocando el distanciamiento progresivo de las posibilidades remotas hasta llegar al punto en el que las posibilidades nulas se apoderan de la voluntad de tener esperanzas.

Por lo tanto, la parte positiva es que he hecho bien de no decirle nada, aunque eso provoque que me cuente toda su historia con ella, cosa que no me interesa lo más mínimo. Es más, agrava el luto de la muerte de esa historia.

1 comentario:

Anxel dijo...

Que cosas... me ha gustado mucho.. y me he dejado la vista en leerlo!!

PUes na, ya te firmé en el otro lado también.. aunque lei esto antes.. no se xq me dio error!!

ya me dirás como se hace eso de las comillas que no tengo ni idea! y me ha gustado!

bss