30 abril 2019

In extremis

No sé cómo me las apaño últimamente que acabo dejando las cosas para el último momento, un buen ejemplo es este post que lo escribo a final de mes. Y no es que me guste "vivir al límite". Yo prefiero hacerlo todo con antelación para ir sin prisas, como por ejemplo, ir a coger el transporte público. Aunque a veces lo llevo muy al otro extremo, porque prefiero dejar perder el bus o el tren, antes que salir corriendo a alcanzarlo porque está a punto de salir.

Otro ejemplo es una cena que hacemos cada mes. Es hoy y, a estas horas, aun no sabemos ni dónde ni a qué hora iremos a cenar. 

Aun así, aunque a veces nos empeñemos en hacerlo con tiempo, por arte de magia, acabamos haciendo las cosas en el último segundo.