22 marzo 2011

La verdad a caballo de la realidad

Últimamente no dejo de huir. Primero giro por aquí, luego por allí... Subo aquella cuesta, luego la bajo... Pero por muchos esquinazos que intente dar, siempre me descubre. No sé cómo se las apaña pero logra siempre encontrarme. Parece como si hubiera conquistado todo mi ser y tuviera bajo control cada centímetro de ese terreno de dimensiones inciertas como podría ser la felicidad. Claro que de vez en cuando tarda un tiempo en aparecer y consigo descansar de esta carrera sin sentido.

Aun así, debo recordar cada momento en el que la tristeza no está presente. Debo retratar aquellos rincones en los que no estaba acechando. Durante los últimos meses he descubierto muchos lugares felices en este terreno laberíntico que creía que nunca encontraría. Lugares que no siempre están ahí pero cuando aparecen, son como fortalezas contra cualquier ente negativo que intente asaltarlas con sus propios arietes. La vida de estos lugares es terriblemente variable pero son al menos un respiro en esta carrera sin sentido.

Del mismo modo que la aparición de estos lugares es imprevisible, su desaparición también lo es. No es que hayan conseguido derruir las barreras sino que mueren de repente, sin dejar rastro. Normalmente es causado por agentes externos, como por ejemplo estímulos visuales. La vista es una puerta sin cerradura por la que la realidad puede colarse sin problema alguno. Igual que el oído. Son puntos desprovistos de filtros que dejan que uno mismo sea quien tenga que procesar la realidad como tal, con lo bueno y lo malo.

La impotencia de un individuo ante la Verdad, se podría definir como una batalla perdida ya ni siquiera desde el principio, sino desde cuando se está gestando el porvenir de una realidad defectuosa para él mismo ya que carece de indulgencia ante cualquier tipo de súplica por la naturaleza inflexible de ella misma. Lo único que puede hacer es buscar a la Resignación por el pantanoso terreno en el que se encuentra. Un lugar en el cual es difícil de avanzar para lograr encontrar a la única criatura capaz de liberar al individuo de ese triste lugar. La Resignación es un ser que tiene piedad con cualquiera que logre hallarla para reconducirlo por el camino en el que se desvió.